EDITORIAL
La logística es vital para el desarrollo económico sostenible, y es quizás el sector de gestión empresarial que presenta mayores avances en los últimos 50 años. La informática y las comunicaciones en tiempo real son base de esos avances, pero el principal factor de la logística moderna son las facilidades que la globalización ha traído al derribar las fronteras comerciales.
Centroamérica, por su situación geográfica, podría ser el hub logístico de las Américas, como lo son Singapur en Asia y Rotterdam para Europa. La conciencia de esto ha hecho que todo centroamericano que se precie de estar bien informado hable de la logística como la salvadora de las pobres economías de la región. Pero incluso Panamá, autorotulado como hub logístico, recién ahora está dejando de ser solamente el lugar de cruce marítimo entre dos océanos, para intentar organizarse realmente como tal.
A lo largo y ancho de toda la región, alcanza con decir “LOGÍSTICA!!! para obtener atención y ser publicado al otro día en todos los medios de prensa. “-La logística es la salvación”, gritan los modernos mesías, y anuncian y prometen puertos y aeropuertos, carreteras y corredores secos, mientras son incapaces de entenderse con los gobernantes del país de al lado para concretar la única vía al desarrollo sostenible de Centroamérica: la real y efectiva integración a través de la desaparición de todas las fronteras comerciales. Un comercio intrarregional libre de trabas aduaneras, burocráticas y seudo sanitarias, aumentaría considerablemente la productividad de la economía centroamericana, que debe dejar de ser “las economías centroamericanas”, para convertirse en eso: una sola con el poder conjunto de sus más de 40 millones de habitantes.
El fracaso en la concesión del Puerto La Unión es una triste y contundente confirmación de que logística es mucho más que infraestructura. Principia con voluntad política para comenzar a hablar en serio de estos temas, dejando de lado la parafernalia de publicitadas reuniones ministeriales y de funcionarios de todo rango, en favor de la comunicación continua (barata y efectiva) vía teléfono o Skype.
Sin la “masa crítica” productiva que generaría una integración real de sus economías, Centroamérica no llegará jamás a su destino posible como hub logístico de las Américas.
