Es fácil que en cuatro o cinco años el paquete de la compra online nos lo traiga a casa, directamente, un drone. Es lo que han probado estos días Israel Quintanilla y su equipo entre los rascacielos de Benidorm. Una prueba ante la tendencia que se aproxima.
«Nos encontremos en condiciones idóneas para hacer de los drones sistemas logísticos aéreos», explica Quintanilla, profesor de Ingeniería Aeroespacial de la Universitat Politècnica de València (UPV). Con la normativa europea en vigor desde el 1 de enero, ya es posible hacer transporte de mercancías. Y eso, junto a la tecnología actual, permiten que proyectos como el que presenta Quintanilla sean una realidad en poco tiempo.
En el proyecto Delorean, que así se llama, la UPV es uno de los socios, principalmente por su aventajada posición en el desarrollo de estas tecnologías. También interviene el andaluz Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales y lo financia la GSA, la Agencia Europea del Sistema Global de Navegación por Satélite.
El proyecto está coordinado por la barcelonesa PildoLabs y quiere acercar a toda la sociedad el uso de drones en entornos urbanos complejos, tales como el transporte de personas –los llamados taxis aéreos- así como para el reparto de paquetes o mercancías, en el que se trabaja estos días con Correos.
Según explican, por sus altos rascacielos, la ciudad de Benidorm ofrece condiciones óptimas para emular las densas zonas urbanas en las que se espera que se desplieguen estos futuros. «Donde hay muchos edificios, se puede ocultar la señal, o revocar y que falte señal, por lo que estamos probándolo en entornos urbanos complejos para garantizar que se mejora el posicionamiento», detalla Quintanilla, a su vez presidente de la Comisión de drones (COSIDANT) de la UPV, a La Vanguardia.
Los vuelos y los datos recogidos durante las pruebas ayudarán a «demostrar que los sistemas europeos de navegación por satélite son capaces de garantizar el posicionamientos en entornos complejos», detalla Quintanilla.
Mientras lo explica se muestra fascinado por el vuelo de un drone en un espacio urbano como éste, donde es poco habitual ver uno volando, a pesar que cada vez se ha ampliado más el abanico de opciones en los que estas aeronaves resultan necesarias.
El proyecto Delorean se desarrollará hasta mediados de 2022. En él participan también EUROCONTROL, EC, Bauhaus Luftfahrt EV y GeoNumerics. Y cuenta además con el apoyo de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), el Ayuntamiento de Benidorm y Aeroports de Catalunya. El proyecto fue adjudicado por la GSA dentro del programa marco de la Unión Europea Horizon 2020.
Así, en noviembre pasado, la Generalitat Valenciana apadrinó el que fue el primer transporte experimental de material sanitario con un drone en España y el segundo en Europa. Desde Feria Valencia hasta el hospital Arnau de Vilanova, el drone tardó tres minutos en transportar material sanitario.
Proyectos como éste, en situaciones de emergencia, están en línea con las tendencias que ya se observan en otros ámbitos, como la agricultura de precisión, las emergencias, la seguridad o la reconstrucción de accidentes.
De hecho, hasta ahora, las escuelas de pilotos se ubicaban principalmente fuera de las ciudades, cerca de los aeródromos. Pero ahora, también saltan a la urbe. De hecho, en el centro de València el local que antes ocupaba una tienda de ropa y complementos es la academia de pilotaje de drones de Autoescuelas Jordà, empresa valenciana con más de 50 años de experiencia a la que los valencianos están acostumbrados a relacionar con el carnet de conducir.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/
