Los 25 contenedores, que salen con un mes de retraso sobre las previsiones iniciales del Gobierno, cargarán 600 de las 8.000 toneladas de cereal que España pretende importar en tres meses.
ueve días después de que la partida del Razoni, un buque con bandera de Sierra Leona cargado con 26.000 toneladas de maíz con destino Trípoli, hiciera efectivo el acuerdo entre Ucrania y Rusia, con la mediación de Turquía, para dar salida a los 20 millones de toneladas de grano que permanecían bloqueadas en los puertos ucranianos, un convoy con 25 contenedores partió el martes por la noche desde la estación madrileña de Abroñigal con destino a la localidad polaca de Chelm. Su misión es transportar cereal desde Ucrania a España, complementando de ese modo la salida de materia prima que se realiza por mar. La expedición es parte de un proyecto piloto que pretende importar, según el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, 600 toneladas de maíz. Pero la cantidad anunciada ahora por el Ejecutivo es solo el 7,5 % de las 8.000 toneladas de grano que España pretendía sacar del país tras responder al llamamiento realizado el pasado junio por la Comisión Europea para desbloquear los 7 millones de toneladas de trigo, 14 de maíz, 3 de aceite de girasol y tres de harina que estaban retenidas en los muelles ucranianos.
La «autopista ferroviaria» que permitiría sacar el cereal del país a través de Polonia podría comenzar a funcionar «a mediados del mes de julio», pero problemas operativos retrasaron el arranque de la iniciativa un mes. La razón es que no existe un ancho de vía común entre los distintos países europeos, lo que dificulta el poder abrir una autopista ferroviaria capaz de traer el cargamento hasta España.
Ahora, aunque con retraso, parece que Renfe Mercancías ha enviado ya los contenedores de 40 pies hasta la frontera polaca con Ucrania. Lo que se pretende, como indican en un comunicado desde el Ministerio de Transportes, es «mosrtar la viabilidad técnica y económica del transporte ferroviario de cereal a través de la autopista ferroviaria que atraviesa europa desde Lodz (Polonia) hasta Barcelona Cans Tunis».
La operativa que han diseñado desde Renfe marca una ruta de ida que desde Madrid pondrá rumbo a Ludwigshafen y Duisburgo, en Alemania, para llegar luego a Lodz y Chelm, en Polonia. A la vuelta el convoy tiene previsto partir de Chelm y recorrer Lodz, Duisburg y Barcelona Can Tunis.
Transportes prevé que la carga del cereal se produzca en Chelm en la cuarta semana de agosto para llegara Barcelona en la primera semana de septiembre. El maíz que llegue a Chelm será trasvasado a los contenedores de Renef Mercancías para su posterior traslado a Lodz, un transporte que realizará el operador ferroviario polaco DBP. Desde Lodz a Barcelona el tren circulará en ancho estándar hasta Barcelona y desde allí el cereal irá repartiéndose hasta los clientes finales. Renfe, según transportes, aportará también sus locomotoras 252 para facilitar la tracción desde Le Soler, en Francia, hasta Barcelona.
El transporte de cereal por tierra trata de complementar el todavía complicado transporte marítimo. Hace unos días Europa Press recogía informaciones de Bloomberg donde se hablaba de que las minas colocadas por los propios ucranianos para evitar una invasión rusa por mar son uno de los factores que han hecho que se disparen las tarifas de transporte después del acuerdo suscrito para desbloquear el cereal que estaba almacenado en los puertos ucranianos. «El precio de los seguros es muy alto y sin ayuda de ningún gobierno son díficiles de encontrar. Puede ser un problema para la aceleración de las exportaciones», apuntaba un analista de Strategi Grains Benoit Fayaud.
Lo que habrá que ver ahora es cómo influye la salida de cereal por tierra en los precios de materias primas como el maíz. De hecho, el desbloqueo de los puertos ucranianos tuvo ya consecuencias en los mercados al bajar las cotizaciones de los cereales en los mercados internacionales. A principios de semana la cotización del maíz en el mercado de Francia, Euronext, había bajado en torno a un 4 % con respecto a la jornada anterior, mientras que en la Bolsa de Chicago lo había hecho en un 3 %. Eso es algo que preocupa a los productores de cereal españoles.
Con todo, el grano desbloqueado es todavía una cantidad muy pequeña. El Razoni, que al final no descargó al no formalizar la compra de la carga, transportaba 26.527 toneladas de maíz. Esa cantidad se suma a la trasnportada por los otros tres barcos que salieron el viernes de los puertos ucranianos. Suman en total unas 85.000 toneladas de cereal en una semana.
SOMOS AGRO
El cereal se ha convertido en una potente arma de guerra. Tanto que, pese al acuerdo alcanzado el mes pasado entre Naciones Unidas, Ucrania y Rusia, con la mediación de Turquía, para desbloquear los veinte millones de toneladas de cereal retenidos en los puertos ucranianos, parece que no será tan fácil que el grano acabe llegando a destino. Una prueba es el fracaso en la comercialización del cargamento que portaba el Razoni, el primer buque que salió el 1 de agosto del muelle de Odesa cargado de maíz con bandera de Sierra Leona, y que debería de haber arrivado ya a Trípoli, al norte del Líbano. Pero el domingo el barco permanecía inmóvil en un punto de la costa oriental de Turquía, cerca del golfo de Alejandreta, a la espera de hallar un nuevo comprador para el cargamento, según la embajada de Ucrania en Beirut. No hace muchos días, el Gobierno de Líbano había autorizado la salida de un buque sirio que llevaba varios dias retenidos en el país después de que lo acusaran de cargar cereal robado a Ucrania por los rusos.
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